Muy buenos días...el post de hoy quería haberlo hecho ayer, pero me tocó trabajar todo el día y no pasé por casa siquiera...así que lo hago hoy, jeje. Se trata del estilismo que utilizó la supermodelo Miranda Kerr para acudir a la archifamosa fiesta que organiza Vanity Fair tras los Oscars. En este caso la australiana se decantó por un vestido en color blanco roto con detalles dorados de Emilio Pucci. Muy en consonancia con el estilo de modelos que suele elegir para este tipo de eventos, este Emilio Pucci es un vestido muy entallado y de corte recto, con un pronunciado escote y aberturas laterales bajo el pecho, que le dan un toque muy sexy al diseño. Pero la verdadera protagonista del conjunto es la espalda, muy al descubierto y con apenas dos franjas doradas recorriéndola, para rematar así el efecto tan sexy que antes mencionaba con los detalles delanteros.
Como únicos complementos dos pulseras y un sólo pendiente en el lado de la cara que deja al descubierto su melena ladeada hacia el otro lado. Como colofón final, un maquillaje muy natural que cede todo el protagonismo a los labios, a juego con la manicura. Una vez más, pues, un estilismo de fiesta impresionante e impecable, derrochando sensualidad por los cuatro costados.
A esta misma cita del año pasado acudió con un estilismo muy parecido, cambiando el color del vestido y poco más; es un estilo que le sienta fenomenal, se siente sexy y cómoda y va muy acorde al espíritu de la fiesta de Vanity Fair. Aquí os dejo las fotos para que les echéis un vistazo. ¿Con cuál os quedaríais vosotr@s? ¿Cuál creéis que le sienta mejor a Miranda?
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